jueves, 17 de enero de 2013

Fuera de casa

Por once días me desato las agujetas, 
y caminaré descalza para que mis pies rocen una tierra nueva.
Dejo junto a mi casa la sensación de familiaridad, 
para toparme más lejos la exquisita impresión que provoca lo desconocido.
Llevo conmigo las oraciones de mi madre,
y los consejos de un padre que nació siendo mi hermano.
Me llevo la esperanza de regresar y encontrar un país menos impotente
y un pueblo más justiciero. 
Dejo mi cuarto intacto, para inducir al efecto de que nada ha cambiado.
Aromas nuevos se unirán al especiero de mis recuerdos.


miércoles, 16 de enero de 2013

***

[...] Y todo quedó atrás, noche y aurora, el día suspendido como un puente entre sombras, las ciudades, los puertos del amor y el rencor, como si al almacén la guerra hubiera entrado llevándose una a una todas las mercancías hasta que a los vacíos anaqueles llegue el viento a través de las puertas deshechas y haga bailar los ojos del olvido [...]

Pablo Neruda