domingo, 24 de febrero de 2013

Estado de la cuestión

Continúo creyendo en la pureza de tus cartas.
Al releerlas resucito enigmas de senderos ocultos.
Quiero desfallecer al instante en que su llama quemo nuestra herida.
Suavizar cicatrices ya tejidas.
Tragarme todas tus lágrimas y ser yo quien se ahogue.
Vomitar la culpa.
Me asusta olvidar tu perfume.
Me conformaría con mirarnos.
Estamos desteñidos.
Es inútil.
El arrepentimiento sigue siendo ajeno.

Volver a la escencia

Tan solo se requiere un poco de escucha.
El arte de ser minucioso y curioso.
En una vanidad orientada al "por mayor"
Alejar la mente del bombardeo masivo.
Escuchar la voz de los árboles cuando el viento los mece.
El sonido casi mudo de una gota al caer sobre una hoja.
La cantidad tan inmensa de variaciones de color que hay
En cada amanecer, en cada atardecer.
Disfrutar del simple placer de ser un transeúnte.
La misteriosa sincronía que se produce mientras caminas
Por una ciudad soleada, con tu canción favorita y de pronto
Todo al rededor parece una coreografía perfectamente interpretada.
El color del cielo, las acciones de la gente.
La dirección del viento y como choca suavemente contra la cara.
Al igual que la luz cálida sobre la piel.
Incluso el aroma en el aire resulta agradable.
Y la sensación de que la vida está perfectamente organizada.
Dejarte permear por la magia que existe en cada instante, en todo lugar
Y que solo está esperando a ser descubierta.