Sos como agua hirviendo para mis manos,
que en cuanto se sumergen,
a través de ellas y por todo el cuerpo
viaja por mi espina dorsal
un choque eléctrico, delicioso,
la piel erizada lo evidencia.
Los dedos se queman,
pero al igual que en el agua caliente,
cuanto más tiempo pase sumergida
más me atempero, me acostumbro
y el daño es transparente bajo el agua,
es apreciado cuando es tarde,
ya cuando el agua esta fría.
Entonces las manos se perciben ajenas,
hay un flechazo al futuro inexistente
al vislumbrar los pliegues, las marcas...
Como quisiera que fueras sólo agua.
Como quisiera que fueras sólo agua.